Un plan individual de ahorros para la jubilación, también conocido cómo IRA por sus siglas en inglés, es una cuenta que tiene el objetivo de ahorrar dinero con ventajas tributarias con el fin de utilizarlo una vez que decidamos dejar de trabajar. Son, sin duda, una de las mejores formas de lograr la estabilidad financiera al momento de la jubilación.
En esta entrada te decimos tres beneficios básicos que tendrás una vez que decidas comenzar a ahorrar para tu retiro. Pero antes, te contamos la diferencia entre dos tipos de IRA: la Roth y la tradicional.
Con una IRA Roth pagas tus impuestos antes de que recibas el dinero que invertiste. Mientras que con una IRA tradicional no pagas impuestos mientras inviertes tu dinero y solo los pagas una vez que retiras ese dinero para tu jubilación, y para eso debes cumplir 59 años y seis meses.
Pero es muy importante saber esto: en ambos tipos de cuenta no se pagan impuestos sobre las ganancias de tu inversión. Así, lo que tu dinero va sumando año con año se queda intacto y los impuestos solo se pagan sobre la cantidad que invertiste.
Una vez que conocemos esto, pasamos a hablar de las tres ventajas de las cuentas IRA.
Ventaja 1: el mejor hábito financiero para el futuro
Casi a todas las personas nos gusta disfrutar el día a día: trabajamos para cubrir nuestras necesidades y tener un extra para nuestros gustos. Por lo que en el cálculo de los gastos no contemplamos el futuro. Además, esto es muy común en la comunidad latina… trabajamos tanto que queremos disfrutar al máximo nuestro dinero. Pero a veces no consideramos que llegará una edad en la que ya no podremos trabajar o simplemente estaremos muy cansados para ello y merecemos vivir igual de cómodos y felices.
Y es que es muy común pensar: “ya después veremos cómo resolver la vejez”. Pero, ese “ya después” puede salir caro. Entre antes comencemos a prevenir cómo viviremos nuestro retiro, menor será la inversión y mayores las ganancias. Aunque nunca es tarde para comenzar. Más vale hacerlo con un poco más de esfuerzo, a que llegue el día en que ya no podamos trabajar y a eso sumarle la preocupación de no tener un dólar para vivir.
La tranquilidad ante el futuro empieza hoy y es un hábito que está en nuestras manos.
Ventaja 2: Ahorrar con ventajas tributarias
Seamos sinceros, a todos nos gusta ahorrar en nuestros impuestos. En ese sentido, aportar a una IRA podría traerte beneficios fiscales porque todas las ganancias que generemos con esos ahorros, no pagarán ni un dólar de impuestos.
Y hay que estar muy atentos. Si tienes una cuenta de inversión que no es IRA y generas ganancias sobre lo que ahorres, puede ser que tengas que pagar impuestos sobre las ganancias, así que asegúrate de revisar con tu asesor de impuestos. Por ejemplo, si al año lograste tener mil dólares, debes restarle lo que te vayan a quitar de impuestos. Por eso es tan conveniente el IRA, no importa que sea Roth o tradicional, porque tu dinero crecerá más rápido y en mayores cantidades.
Ventaja 3: la cuenta te sigue
La mayoría de las veces cuando somos empleados, nuestros patrones pagan una cuenta 401(k) para nuestro retiro. Pero no podemos tener control sobre ese dinero. Si dejas el trabajo, ya no podrás contribuir al 401(k) y pueden pasar años y años con tu dinero estancado.
Pero no es tan grave, si das con esa cuenta, es muy fácil trasladarla a una IRA. De hecho, aquí te explicamos cómo hacerlo. Así, tú tendrás control sobre tu dinero, tu ahorro y tus rendimientos. La IRA es una cuenta que se quedará contigo siempre, sin importar tus cambios en el trabajo.
Si después de estas tres ventajas sigues creyendo que no es bueno ahorrar para tu futuro, necesitas volver a leer este artículo. Acércate a Finhabits, te podemos resolver dudas y ayudarte a diseñar una cuenta que se adapte a tus necesidades.